De blanco y negro pinté
las hojas desgastadas.
Imaginando el retrato feliz,
me mudé al macrocosmos delirante.
Ensayabas la mirada enamorada
frente a mi rostro
que se deshacía en cada
abrir y cerrar de ojos
se te suicidó el sentimiento
en la espera inagotable.
Colgando estaban los recuerdos
sobre la cola del piano soñador
el perfume brotó de tus manos flor
y el mar de octubre en tus ojos, revivió
El golpe seco dolió en el silencio
cuando llamaron a la puerta
y abrí
(el ángel azul en mis manos descansó)
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