Tengo una angustia que me recorre
la piel, los ojos, los dedos, el pelo, los labios
y la espalda destrozada a dentelladas
Me marchité imaginando tu voz acallada por el dolor
el viento eclipsó la risa festiva del pasado
mientras las olas me empapaban el alma desarmada
que intenté encontrar en cada rincón de nuestra cama
me rompieron con sus manos violentamente rojas
hicieron de mí,
un cuadro a medio terminar
me convertí en la causa primordial del olvido
en la excusa del adiós prometedor
(y en ese disco que no escuchaste más)
Quiero que me recuerdes con la lágrima feliz
con el café de medianoche
con las sábanas rotas, negras y deshechas
con tus dedos musicales
con la fobia del amor
con la certeza del distraído,
la conciencia del inconsciente,
y la cordura del loco enamorado y desahuciado
con la mirada azul del corazón
y esa sonrisa amarilla que alguna vez me regalaste
viernes, 31 de octubre de 2014
martes, 21 de octubre de 2014
reinvención por pedido
Me pidieron que escriba una historia en la que el amor se reinventara
me pidieron que no me lastimara, que la flor azul se convirtiera en blanca
me pidieron que amara sin miedo, que llorara con ganas de llorar
me pidieron que te haga reír, que guardara en mi memoria la magia de tu mirada gris
me pidieron que te regalara una canción
que las teclas se mezclaran con la dulce voz y los golpes estallaran en una melodía enajenada
no me pidieron que hable de vos como un poema que me sé de memoria,
(pero lo hice igual).
Me pidieron que me durmiera imaginando escenas absurdas y trilladas
me pidieron que el sentimiento sea ultraviolento, o no sea nada entonces
me pidieron que te diga todo lo que siento, cada vez que nuestros ojos se encuentran en un acto casual y desesperado
me pidieron que tome tu mano y camine por las calles haciéndolas nuestras
me dijeron muchas cosas,
me pidieron otras miles
me obligaron, me censuraron y me asesinaron
las voces me hacen de todo, menos suya.
me pidieron que no me lastimara, que la flor azul se convirtiera en blanca
me pidieron que amara sin miedo, que llorara con ganas de llorar
me pidieron que te haga reír, que guardara en mi memoria la magia de tu mirada gris
me pidieron que te regalara una canción
que las teclas se mezclaran con la dulce voz y los golpes estallaran en una melodía enajenada
no me pidieron que hable de vos como un poema que me sé de memoria,
(pero lo hice igual).
Me pidieron que me durmiera imaginando escenas absurdas y trilladas
me pidieron que el sentimiento sea ultraviolento, o no sea nada entonces
me pidieron que te diga todo lo que siento, cada vez que nuestros ojos se encuentran en un acto casual y desesperado
me pidieron que tome tu mano y camine por las calles haciéndolas nuestras
me dijeron muchas cosas,
me pidieron otras miles
me obligaron, me censuraron y me asesinaron
las voces me hacen de todo, menos suya.
domingo, 12 de octubre de 2014
recuerdo inventado
I
Me dijo que no quería estar ahí y lo llevé al mar. Toqué su mano y la arena se mezcló entre nuestros dedos como perfume de verano, como el sándalo que se esparce por mi habitación cada vez que leo un poema girondero de medianoche. No quise mirarlo pero lo miré. No quise imaginar que se moría por darme un beso, pero lo imaginé. El mar inmenso, revoltoso y solemne nos ofrecía una melodía gloriosa que me recordaba el primer día que lo vi. La sonrisa seductora combinaba con su sweater azul y sus ojos mágicos recorrían el lugar ansiando encontrar aquello que tantos años había buscado. Mientras miraba las olas blancas que jugaban con los caracoles de la orilla, quise preguntarle si se acordaba de la primera vez que nos conocimos. Siempre hay una primera vez, y conocer a alguien no es la excepción. Cerré los ojos y en ese instante recordé nuestras risas nerviosas, vergonzosas de nuestra primera conversación. De cara al sol, se filtró en mi memoria el primer poema que le escribí, pero no me animé a confesárselo.
II
La camisa roja se mojó con el agua salada y sus dedos tocaron los míos. La maravilla de su risa iluminó las piedras del umbral mientras mi nariz, casi como por accidente, se acarició con la suya. No quise volver a imaginar y él me pidió que el momento se estirara hacia el infinito. Me pidió que le devuelva el sentimiento, que le susurrara canciones de cuna y que lo abrazara dos veces cada noche.
Me pidió que no lo lastimara. Inmersa en los pensamientos que se ensamblaban con la emoción del cielo y los colores del paisaje pintado en cada uno de mis bastidores, lloré. De emoción, de angustia y de placer. No quiero más aquel dolor desgarrador del corazón, no quiero más mendigar un sentimiento podrido y lleno de nada.
III
Acá estoy y acá estás, estemos sin más ni más, que hasta quizás, podamos llegar a durar; y quién te dice, también volar.
sábado, 4 de octubre de 2014
más de vos
La mirada introspectiva
me trasladó frente al paisaje soñado de aquellos
que hace tiempo no sueñan
los malos sentimientos delineaban
el cielo infinito
el cielo infinito
y tus ojos me alumbraban desde
el macrocosmos delirante
caminé la belleza de la nostalgia todos esos días
en que no te conocía
y reviví en cada melodía que tus dedos creaban
sobre las teclas del piano dormido
me agoté en cada espera,
en cada mirada
en cada silencio
y en cada
poema anónimo que te dediqué
nuestra historia escribiéndose en la memoria colectiva
de aquellos que quieren seguir creyendo en el amor
y la tinta roja derramándose
sobre mis manos
que mueren por tocar tu cara
mientras mis labios buscan la magia en otros labios
en otros brazos
y que no son tuyos porque
todo lo tuyo es de otra,
aunque sé
que vos sabés
que
no es quién
te hace temblar hasta las pestañas
que fueron tomadas para
pedir deseos que imploran
más amor, por favor.
el macrocosmos delirante
caminé la belleza de la nostalgia todos esos días
en que no te conocía
y reviví en cada melodía que tus dedos creaban
sobre las teclas del piano dormido
me agoté en cada espera,
en cada mirada
en cada silencio
y en cada
poema anónimo que te dediqué
nuestra historia escribiéndose en la memoria colectiva
de aquellos que quieren seguir creyendo en el amor
y la tinta roja derramándose
sobre mis manos
que mueren por tocar tu cara
mientras mis labios buscan la magia en otros labios
en otros brazos
y que no son tuyos porque
todo lo tuyo es de otra,
aunque sé
que vos sabés
que
no es quién
te hace temblar hasta las pestañas
que fueron tomadas para
pedir deseos que imploran
más amor, por favor.
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