Tengo una angustia que me recorre
la piel, los ojos, los dedos, el pelo, los labios
y la espalda destrozada a dentelladas
Me marchité imaginando tu voz acallada por el dolor
el viento eclipsó la risa festiva del pasado
mientras las olas me empapaban el alma desarmada
que intenté encontrar en cada rincón de nuestra cama
me rompieron con sus manos violentamente rojas
hicieron de mí,
un cuadro a medio terminar
me convertí en la causa primordial del olvido
en la excusa del adiós prometedor
(y en ese disco que no escuchaste más)
Quiero que me recuerdes con la lágrima feliz
con el café de medianoche
con las sábanas rotas, negras y deshechas
con tus dedos musicales
con la fobia del amor
con la certeza del distraído,
la conciencia del inconsciente,
y la cordura del loco enamorado y desahuciado
con la mirada azul del corazón
y esa sonrisa amarilla que alguna vez me regalaste
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