Pensando en el diván, en ese silencioso diván
acaece mi esquizofrénica comprensión,
atravesada por pensamientos inventados que se ríen de la aburrida y desesperante rutina
caigo endeble y caprichosa sobre la alfombra que a veces es gris
y otras, violácea es
en esas lágrimas lagrimitas que se escapan casi sin querer
me encontré con tu nombre
recuerdo, recuerdo aquella vez que no te recordaba
recorté tu carita y en mi mente la pegué como una figurita irrebatible
me burlé de las cursilerías y un poema te inventé
y guiada por la dulce melodía, te imaginé
Pensando en el diván, en ese silencioso diván
el anonimato me volvió a atrapar
casi sin remedio, pedí no sentirte más
pero pienso y re pienso los ojos tornasolados
los sabios dedos que susurran amor
los párpados que cubren las pupilas como la blanca noche
y te pintan sublimes expresiones que se hacen y se deshacen en el rostro
como pinceladas de cielo
como las veladas risas que se ocultan en mi boca lacrada
Pensando en el diván, en ese silencioso diván
te inventé una vez más
(sólo una vez más)
y me encontré con otro yo
porque quizás (sólo quizás)
seas tan adicto al anonimato como yo.
leer poesía acabará por destruirme // me gusta tanto, me hace tan mal (¿goce?) me toca lo preverbal
ResponderEliminarCreo que es una destrucción deliciosamente construcitiva. Doy por entendido que te gustó (?) teadorotanto.
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