viernes, 12 de diciembre de 2014

Te vi ángel

De blanco y negro pinté
                                       las hojas desgastadas.
Imaginando el retrato feliz,
me mudé al macrocosmos delirante.

Ensayabas la mirada enamorada
                      frente a mi rostro
                                         que se deshacía en cada
                                                                            abrir y cerrar de ojos

se te suicidó el sentimiento
     en la espera inagotable.

Colgando estaban los recuerdos
                 sobre la cola del piano soñador

el perfume brotó de tus manos flor
    y el mar de octubre en tus ojos, revivió

El golpe seco dolió en el silencio
               cuando llamaron a la puerta
y abrí
         
(el ángel azul en mis manos descansó)

domingo, 7 de diciembre de 2014

soy deseante, vos visitante

Me visitó tu risa
asomando por el costado de los sueños que viven
 entre las sábanas amarillas de los lunes
y el revés de la almohada azul

me visitaron tus labios, acariciando mis pestañas
        rozando mi nariz y curando mis alas rotas

Dejé que te llevaras el sentimiento que guardo muy dentro de mi pecho,
a cambio de unos brazos que
                 abrazaran la  tristeza inmensa
                                  que recorría mi cuerpo dolido,

me visitaron tus manos artistas
 que jugaron con mi pelo, endulzándome el corazón
componiendo una melodía rebalsada de placer
                       con el grito acallado y el alma colgando entre tus dedos niños

Me visitaron tus ojos tristes
                            ansiosos de encontrar en los míos
un lugarcito donde descansar
ahogándose en el mar revoltoso
y reviviendo con la luz que se esparcía
en ese encuentro de miradas desoladas

me visitó tu nombre
hoy,
      ayer
        y mañana
                 no lo sé




lunes, 17 de noviembre de 2014

en modo suspensivo

Vengo a despedirme
vengo desde el lado más oscuro del corazón
a pedirte un favor

con la mirada triste y las manos temblorosas
con la voz quebrada y un suspiro profundo
con las ganas que me sobraron 
                                                y la oportunidad que faltó
con estos ojos que ansiaron penetrar los tuyos
y esta boca que reclamó tu nombre      (día tras día)


Soñé ese piano todas las noches
soñé esa melodía que se creaba mientras nuestras manos
jugaban a encontrarse en un acto 
aparentemente casual
                         totalmente  mágico

escuchame,
                  mirame,
                                sentime

No le escapes al sentimiento del loco enamorado
no le tengas miedo a la descarga semieléctrica 
no te ocultes entre los pedazos que quedaron 
de ese antiguo desamor

Así, enteramente rota
vengo a despedirme con este poema
un gracias y hasta luego
pero por favor, 
                     no me dejes ir así




sábado, 1 de noviembre de 2014

Dejátelo así, dejámelo a mí

si imaginaras menos de la mitad
de las cosas que yo imagino cuando te veo

tu caminar no sería el mismo que llevás puesto el día
antes del día viernes

se te dibujaría una sonrisa contagiosa
y una lluvia de colores te mojaría la cara
como brillantina púrpura que
                                               se mezcla
                                                    entre los dedos de un nenito de jardín

hasta tu vida, otra sería
pero el brillo de tu mirada gris, dejátelo así
                                               
     dejámelo a mí

viernes, 31 de octubre de 2014

Promesa

Tengo una angustia que me recorre
la piel, los ojos, los dedos, el pelo, los labios
y la espalda destrozada a dentelladas

Me marchité imaginando tu voz acallada por el dolor
el viento eclipsó la risa festiva del pasado
mientras las olas me empapaban el alma desarmada
que intenté encontrar en cada rincón de nuestra cama

me rompieron con sus manos violentamente rojas
hicieron de mí,
                         un cuadro a medio terminar
me convertí en la causa primordial del olvido
                    en la excusa del adiós prometedor                                                                    
                                                       (y en ese disco que no escuchaste más)


Quiero que me recuerdes con la lágrima feliz
            con el café de medianoche
            con las sábanas rotas, negras y deshechas
con tus dedos musicales
            con la fobia del amor
con la certeza del distraído,
       la conciencia del inconsciente,
    y la cordura del loco enamorado y desahuciado
       
con la mirada azul del corazón
y esa sonrisa amarilla que alguna vez me regalaste





martes, 21 de octubre de 2014

reinvención por pedido

Me pidieron que escriba una historia en la que el amor se reinventara
me pidieron que no me lastimara, que la flor azul se convirtiera en blanca
me pidieron que amara sin miedo, que llorara con ganas de llorar
me pidieron que te haga reír, que guardara en mi memoria la magia de tu mirada gris
me pidieron que te regalara una canción
que las teclas se mezclaran con la dulce voz y los golpes estallaran en una melodía enajenada

no me pidieron que hable de vos como un poema que me sé de memoria,
(pero lo hice igual).
Me pidieron que me durmiera imaginando escenas absurdas y trilladas
me pidieron que el sentimiento sea ultraviolento, o no sea nada entonces
me pidieron que te diga todo lo que siento, cada vez que nuestros ojos se encuentran en un acto casual y desesperado
me pidieron que tome tu mano y camine por las calles haciéndolas nuestras
me dijeron muchas cosas,
me pidieron otras miles
me obligaron, me censuraron y me asesinaron

las voces me hacen de todo, menos suya.


domingo, 12 de octubre de 2014

recuerdo inventado

I
Me dijo que no quería estar ahí y lo llevé al mar. Toqué su mano y la arena se mezcló entre nuestros dedos como perfume de verano, como el sándalo que se esparce por mi habitación cada vez que leo un poema girondero de medianoche. No quise mirarlo pero lo miré. No quise imaginar que se moría por darme un beso, pero lo imaginé. El mar inmenso, revoltoso y solemne nos ofrecía una melodía gloriosa que me recordaba el primer día que lo vi. La sonrisa seductora combinaba con su sweater azul y sus ojos mágicos recorrían el lugar ansiando encontrar aquello que tantos años había buscado. Mientras miraba las olas blancas que jugaban con los caracoles de la orilla, quise preguntarle si se acordaba de la primera vez que nos conocimos. Siempre hay una primera vez, y conocer a alguien no es la excepción. Cerré los ojos y en ese instante recordé nuestras risas nerviosas, vergonzosas de nuestra primera conversación. De cara al sol, se filtró en mi memoria el primer poema que le escribí, pero no me animé a confesárselo. 

II
La camisa roja se mojó con el agua salada y sus dedos tocaron los míos. La maravilla de su risa iluminó las piedras del umbral mientras mi nariz, casi como por accidente, se acarició con la suya. No quise volver a imaginar y él me pidió que el momento se estirara hacia el infinito. Me pidió que le devuelva el sentimiento, que le susurrara canciones de cuna y que lo abrazara dos veces cada noche. 
Me pidió que no lo lastimara. Inmersa en los pensamientos que se ensamblaban con la emoción del cielo y los colores del paisaje pintado en cada uno de mis bastidores, lloré. De emoción, de angustia y de placer. No quiero más aquel dolor desgarrador del corazón, no quiero más mendigar un sentimiento podrido y lleno de nada. 

III
Acá estoy y acá estás, estemos sin más ni más, que hasta quizás, podamos llegar a durar; y quién te dice, también volar.

sábado, 4 de octubre de 2014

más de vos

La mirada introspectiva
me trasladó frente al paisaje soñado de aquellos
que hace tiempo no sueñan

los malos sentimientos delineaban
                                     el cielo infinito
y tus ojos me alumbraban desde
                                     el macrocosmos delirante

caminé la belleza de la nostalgia todos esos días
en que no te conocía
y reviví en cada melodía que tus dedos creaban
                      sobre las teclas del piano dormido

me agoté en cada espera,
en cada mirada
en cada silencio
y en cada
                poema anónimo que te dediqué

nuestra historia escribiéndose en la memoria colectiva
de aquellos que quieren seguir creyendo en el amor
y la tinta roja derramándose
       sobre mis manos
                          que mueren por tocar tu cara
mientras mis labios buscan la magia en otros labios
                                                           en otros brazos
y que no son tuyos porque
todo lo tuyo es de otra,
aunque sé
que vos sabés
que
no es quién
te hace temblar hasta las pestañas
que fueron tomadas para
pedir deseos que imploran
                            más amor, por favor.


viernes, 19 de septiembre de 2014

(primera vez)

Estallé con las alas abiertas
desplegadas, enteramente tendidas sobre las teclas 
 
teclas musicalmente dulces
melodía embravecida y subversiva
capricho sonoro rebalsado de deseo

me agrieté y mi piel fue corteza
 y vos,
         las hojas amarillas cayendo 
como las ilusiones deshechas 
                                       de octubre

me seduce una imagen rebelde avasallante
  mientras el telón vuelve a abrirse
y el juego comienza con la sonrisa mágica
    la ovación, los ojos y el encanto de una primera vez 



 

domingo, 7 de septiembre de 2014

(en) un microsegundo

Me detuve en ese microsegundo interminable que jugaba con la posibilidad de que se me explotara el corazón como una bomba aparentemente desactivada. Se multiplicaron las escenas, recreándose en historias infinitas, algunas con finales felices y otros, enteramente trágicos. Todo, absolutamente todo se condensó en el microsegundo desgarrador. Los espejos, las calles, los árboles, el cielo, el caos, el dolor y las palabras no dichas jamás. El frío se deslizó por mi espalda blanca y poco firme, mis manos temblorosas y mis dedos ansiando tocar, palpar el amor que estallaba en el microsegundo ilimitado. El perfume de las almas emanaba y los destellos saltando entre las pestañas. La garganta reseca y desgarrada, trago amargo de palabras que no se animan a asomar y la lengua se ríe mientras juega con los dientes que miran los labios sellados de temor. Qué iba a pensar, qué iba a imaginar, el cuerpo hablando casi a los gritos mientras la luz reflectora se plasmaba sobre su figura angelical. Sus manos, quizá, también deseaban hablar; sus piernas temblaban al ritmo de la palpitación exaltada que se conectaba de corazón a corazón. El calor acaparaba nuestros rostros y se fundía en un vivo color que se esparcía como agua de río dulce. El microsegundo ocupando la inmensidad, conectó unas almas desalmadas, desesperadas y desamparadas mientras la brisa como una impresión de escena, olía a sahumerio de sándalo y la magia surgía de una melodía acaramelada.
Se me empaparon las manos, se me empapó el pecho de un miedo aterrorizante y pensé en un tiempo que se extendía en cada abrir y cerrar de ojos. Sentí el vértigo que se siente al caminar por la cornisa y durante todo ese maldito microsegundo, el microsegundo interminable, incalculable e inacabable, un pensamiento se plasmó en mi sien perturbada (atormentada) : "qué hermoso encuentro y qué miedo me da".

miércoles, 20 de agosto de 2014

La persona favorita de mi mundo

La persona favorita de mi mundo es                              
     la reencarnación de la pureza
     la clave de sol y
     el abrazo de estación

La persona favorita de mi mundo me enseña a ser,
me cuenta un cuento todas las noches
                   acerca de tres reyes magos, mientras mis ojos de lágrimas se llenan
le gusta jugar a la vida y se ríe de tonterías

Me llena por dentro y por fuera
      me fabricó unas alas grandes como su corazón
                       lindas como sus ojos
                       suaves como su piel
                       y mágicas como todo su ser
      tejidas a mano color café

A la persona favorita de mi mundo, le gusta cocinar
mezclar el sabor delicioso de los besos de mediodía
y los hasta mañana de las buenas noches

La persona favorita de mi mundo es el tobogán esplendoroso del parque
                                                       las polainas de invierno
                                                       los vestidos de verano  y          
                                                       el mar juguetón de octubre

La persona favorita de mi mundo me hace sentir niña
saca mi más sincera sonrisa
la emoción más emocionante
y
este poema a medio terminar

La persona favorita de mi mundo ya no está en este mundo,
                               pero sigue siendo parte del mío
 Ella es un ángel,            (es mi ángel)
La pulpera de mi vida, la razón por la que aún lloro
El día de mi cumpleaños y los cielos que recreo en cada bastidor.



viernes, 8 de agosto de 2014

Crónica

Las nubes no tan blancas como la nieve que resbala por mis hombros. Los pétalos que fueron arrancados con dulzura, en busca de una respuesta, en busca del sí. Lo rojo, lo absurdo, lo violento, lo inexistente: la nada. Me desdibujo al ritmo de un blues, de una melodía desolada y demoledora mientras imagino la magia que brota desde las pestañas mojadas de mar. Pinceladas van recubriendo el cuadro que aún no lo es, con el alma puesta en cada figura, en cada color, en el paisaje que va formándose. Un manchón color café irrumpe la armonía de los árboles y el sendero me lleva a no sé dónde. Paso a paso re-descubro un cielo que fui pintando cada vez que me acordaba del amor. La maravilla siendo cotidiana me destroza y parte en mil quinientos pedazos pero decido seguir porque el dolor es tan sólo eso, dolor.
El sueño de siempre sigue siendo un sueño. La orquesta del mundo hoy quiere tocar para mí y la película vuelve a reproducirse. Cubro uno a uno los huecos que se van regenerando con el recuerdo, el desgarrador y fastidioso recuerdo. La capa roja vuelve a respaldarme y salgo al encuentro. No quiero tener más miedo, no quiero quedarme encerrada en el umbral de la pesadilla y la fantasía; las figuras se van transformando a medida que me voy alejando del escondite y la luz amarilla me recibe con dulzura. Los pies sobre las olas que rompen en la orilla de la memoria, la roca desteñida de tanto dolor, la arena que se mezcla con las lagrimitas que reflejan a los ojos que ansían encontrarse con los otros. El sur revestido para mí, la esperanza acabándose mientras la realidad golpea la puerta. La cuestión siendo cuestionada por los dedos que temen acariciar el rostro del olvido y el vestido azul de primavera guardado en el quinto cajón.
No quise interrumpirte, no quise interferir, no quise que te detuvieras, no quise que me prestaras atención, no quise que me preguntaras mi nombre, no quise que te fijaras en mí, no quise que me llamaras. No quise decir que todo lo anterior no es cierto, porque entre poder y querer, sólo queda intentar, re-intentar y volver a intentarlo, una vez más.

miércoles, 30 de julio de 2014

Hartazgo

De-vuelta revuelta entre el dolor y la súplica
al cielo, a un dios, a la pulpera de ojos color mar
a los tiempos por venir
al sol, a la brisa aromática risueña
a la niña que se esconde entre los escombros de un corazón que se parte en dos
a la inocencia que deja de ser inocente frente a aquella escena asesina
los ojos conteniendo las lágrimas que el cielo lloró
las manos frías sobre el rostro que ya no es rostro
es dolor, es asombro, es el de siempre

la niña vuelve a encontrarse con las rodillas entre sus brazos
en aquel cuarto mientras las paredes,
                                       las paredes eternas
le susurran cuentos de hadas
la persuaden con sueños insignificantes
infantiladas que se convierten en deseos juveniles
                                             en anhelos adultos de una niña que nunca creció

El patán vestido de príncipe
que en lugar del corcel viaja en un piano
                                               (el piano mágico)
en lugar de los rizos dorados, la desprolija y sensual melena
en lugar de la damisela,
                                           en lugar de ella,
                                                                    otra

la niña vuelve a cerrar el cuento,
         mientras pide a gritos vivir, -lo   
la niña, más mujer que nunca, saldrá del cuarto oscuro del anonimato
y se animará a amar
a ser
y
a crecer




jueves, 24 de julio de 2014

(re) encuentro

Me encontré buscando las fotos escondidas debajo de la almohada
me encontré mirando el anaranjado sol, una mañana de julio
me encontré desarmando con mi lengua la palabra
                                                                           amor

me encontré escuchando canciones que me susurraban
                                                             mensajes subliminales
me encontré en las cartas del tarot que nunca me animé a descifrar

me encontré mientras te buscaba
                                 y no te encontraba

me encontré en el cielo violeta de mis cuadros
me encontré llorando
me encontré niña
y
me encontré mujer

Me encontré en el té de medianoche
en el café de las mañanas
en el bizcochuelo de limón
                            y en los ojos azules de la hermosa pulpera

Pero cuando me busqué en las refracciones del espejo ominoso
       no estaba allí,
                           no me encontré, ya no

                                                                te encontré.

martes, 15 de julio de 2014

(niñerías)


Los dedos retorcidos, murmurantes, silenciosos, dolorosamente armoniosos
el cielo deseando no ser cielo,
                     el mar deseando no ser mar
                                    la vida deseando no ser terminante, determinante
                  el amor deseando amor, sólo amor.

Miro el reflejo que dejás clavado en el espejo,
                      mientras te mirás preguntándote
cuántas marcas más te dejará la guerra imaginaria,
            que destruye y arrasa con la poca felicidad
            que conseguís cada vez que un globo color morado te regalan.

La indescifrable mirada me persigue y se entromete entre la almohada y los sueños,
                                                          que de sueños poco tienen
                                                          y se me dibuja una sonrisa si te escucho reír
los ojos verdes podrán ser,
las uñas negras querrán rasguñar, penetrar, romper, diagramar
el pelo jugará de manera violenta y subversiva con la brisa inocente
la noche se vestirá de blanco
                                        y nos invitará a jugar entre los astros dorados,

mientras el globo, el globo morado, se perderá entre las nubes caprichosas
                                                       y yo me quedaré frente a la melodía,
                                                       a la melódica carita de ángel
                                                       a las notas musicales envolviéndose entre las teclas del piano de mamá

jueves, 10 de julio de 2014

De un rinconcito que no sabía que existía


La estrella estrellada azulada anhelada clavada, podrida de amor
la tela que cubre aquel rostro que no quiere dejarse ver
         el ojo sobresaliendo del sol que de dorado, no tiene nada
el sueño asomando casi por casualidad, se filtra en una realidad que jamás existió
el mar testarudo revoltoso, impregna en los pies, en los tallados pies

       Recopilando momentos que da nada sirven, me quedé con la angustia incesante, tediosa, adictiva. La transición me envuelve, con la energía incandescente, el cosmos mágico, lo infinito plasmado sobre el tablero. Descubrí que el miedo, el miedo más grande no se le tiene a la muerte, sino a los finales.

 Los finales trágicos, dolorosos, rencorosos
       finales que no son principios, finales que son sólo finales
finales que estresan, que desarman, que destruyen,
                                                        que manejan la posibilidad de no volver a verte nunca más

       Amante del azar, pretendo jugar con las cartas que me quedan. Construir castillos, si es posible, no sé. Jugando con la suerte que pocas veces me tocó, me sonrío pensando que es el momento, mi momento
                  (momento que es sólo mío)

momento que se filtra y se extiende en un tiempo que me creo mientras bailo un rock en tus ojos
momento que se dibuja en un espacio irreal,
                                                              en la maravilla de tu risa,
                                                                                            en las pestañas de las mujercitas,
   momento que es eso, un momento, el instante irrepetible
                                                                                        la muerte siendo una niña jugando a las cacerías

domingo, 6 de julio de 2014

Jugueteando con el Country

                     Él imagina que por fin, ha llegado el día. Él piensa que finalmente, la espera acabó, que la dama regresó en el cuerpo de otra más. Con otra cara, con otras manos, hasta con otro nombre pero ella allí está, saludándolo con la dulce mirada que se le escapa de los ojitos pequeñitos, intentando disimular.
                     Él no quiere equivocarse ya esta vez, por eso no se anima a abandonar aquella espera que ha estado a su lado por un tiempo infinito. Ella atravesada por las penumbras dolorosas, de viejos fantasmas, busca ansiosa la señal. El corazón enojado y receloso ya no sabe que hacer para que lo escuchen, pero las noches tormentosas, los días sin soles y los recuerdos no recordados, gritan desgarrados. 
                                                      Buscando la sonrisa, la embriagadora sonrisa, él la ve. Ella, desenamorada del amor, no quiere creer y prefiere caer, descreer. Encuentra la música enriquecedora, los dedos susurrantes, los labios sellados de dolor, los ojos aullantes, los pies sobre el cielo y la mano a medio salir. 
                                                      Él, pavoroso-rencoroso-histeriquito, propone un macabro juego casi sin saberlo. Se refugia entre las minúsculas cuerdas que esbozan la melodía acaramelada que se funde con los deseos, los sueños y lo no hecho aún. Se preguntan si esta vez, el azar amoroso les brindará una oportunidad. 
                              Se temen, se miran, se sueñan, se inventan, se olvidan y se recuerdan. En cada nota, en cada verso girondero, ella se reencuentra y de vez en cuándo, piensa en la existencia inexistente del mentiroso sentimiento que le arrebata la razón de una tajada. Piensa que pintarse los labios es una profanación, piensa que nada espera por ella, piensa en él como piensa en el país de nunca jamás.

                                                    Deseando a aquella anónima que ya no lo es, piensa en la desafortunada no correspondencia y prefiere callar, sin imaginar que ella espera por él como se esperan los buenos tiempos, las hojas otoñales, los colores fulgurantes, los arcoíris, los cappuccinos de la abuela, los abrazos de mamá, la magia blanca, los mil quinientos globos, el adorado circo, los libros del mundo y el beso que jamás se dio.  

domingo, 29 de junio de 2014

Amarelo, amarando

Pensaba en el amor amarillo como pensé en el estallido de la mar
Escribí versos tristes cuando imaginé tu reacción después de mi reacción que provocaba alguna otra reacción
Me dormí con tu deleitosa melodía saliendo del mágico personaje que presume
                                                                                       la blancura de sus teclas,
la pureza de sus bemoles
y las cuerdas percutidas esperando vibrar, esperando danzar

Quise fantasear que los dedos, los delicados dedos tocaban para mí
                           soñé con la brillante sinfonía que me proponía jugar
me invitaba a mirar, a sentir (te) y a sentir (me)

Mezcla de compases que se funden y se retuercen bajo la misma luna teñida de dulzura
       energía cósmica que invade la voluminosa sala donde están
                                                                                                 los desconocidos deseando conocerse.                      
Pensaba en el abrigo fulgurante sobre mis hombros, en los brazos lamiendo mis antiguas heridas
                                                 en una casualidad no tan casual,
                                                                                              en la transición

el surgimiento de la palabra
    y el opaco verduzco de tus ojos,
                                                 de tus aniñados y enternecedores ojos.

sábado, 28 de junio de 2014

Con ojos cerrados

Pensando en el diván, en ese silencioso diván
                                          acaece mi esquizofrénica comprensión,
atravesada por pensamientos inventados que se ríen de la aburrida y desesperante rutina
caigo endeble y caprichosa sobre la alfombra que a veces es gris
                                                                           y otras, violácea es

     en esas lágrimas lagrimitas que se escapan casi sin querer
me encontré con tu nombre
recuerdo, recuerdo aquella vez que no te recordaba 
    recorté tu carita y en mi mente la pegué como una figurita irrebatible

me burlé de las cursilerías y un poema te inventé
              y guiada por la dulce melodía, te imaginé

Pensando en el diván, en ese silencioso diván
el anonimato me volvió a atrapar
casi sin remedio, pedí no sentirte más

pero pienso y re pienso los ojos tornasolados
los sabios dedos que susurran amor
los párpados que cubren las pupilas como la blanca noche
                                                    y te pintan sublimes expresiones que se hacen y se deshacen en el rostro 
como pinceladas de cielo
como las veladas risas que se ocultan en mi boca lacrada
Pensando en el diván, en ese silencioso diván
te inventé una vez más
                                        (sólo una vez más)
y me encontré con otro yo
                                        porque quizás             (sólo quizás) 
                                                                              seas tan adicto al anonimato como yo.

jueves, 26 de junio de 2014

Mumita

Con la sangre blanca pálida helada, vivo. Infusión intravenosa de dolor no pedí jamás, sin embargo nos sucede que llegamos y estamos donde jamás quisimos estar. El agua glaseada de tintes amarillos, azules y verdes se funden con la espesa espuma y la explosión con la diminuta arenilla que sale de los ojos trocados agonizantes que mueren y reviven en la luz violeta de los cielos cruzados y explotados.
La tinta seca sobre la piel húmeda y escamosa, quebrajada y resquebrajada
                                                           los golpes que invaden la armonía, la deleitosa armonía de los hados 
las manos grandes, más grandes que nunca, más aceitosas que nunca, más violentas que siempre
                                                                                                                        El dolor deliciosamente rojo.
 Ella llamó a la puerta sin saber quién estaría del otro lado, con la luna a medio llenar, la suerte la dejó atrás y con un ramo de margaritas apretujadas y arruinadas, él la esperó. -Se me estropearon un poquito, pero acá las tengo con todos los pétalos del quiere y no me quiere, llamándote con el silencio de mis labios y el grito de mis ojos, llegaste y yo llegué. 

                                 La carta de mi madre la tengo guardada en un cajón color coral. Manchada de recuerdos y emociones, dobladita así la dejé, la banqueta me esperaba frente al majestuoso monstruo de la embravecida melodía. 

Me sacó el alma nota a nota y de un mordiscón me arrancó el corazón, con sus dientes musicales tocados y retocados, de adelante hacia atrás, en simultáneo y del revés. Él ya no quiere mirar las escenas, las odiosas y apáticas escenas, es un rebelde, mi rebelde. La ceremonia silenciosa de la siniestra imaginación latente en el espejo, como un espectro, como algo que no es y quiere ser. El vestido blanco no manchado de pureza, me espera sobre la cama. Los zapatos lustrosos de sensualidad y provocación anhelan mis blancos y pequeños pies. El collar peligroso, el relicario oculto, la magia negra que se pinta de púrpura y me susurra cosas que jamás diré. Él, amando al solemne monstruo, al monstruo solemne,  
                                                                           me espera sobre el cortinado bordó y me invita a jugar. 

                               La carta de mi madre, la tengo guardadita en mi caja color coral y me pide salir, y yo la saco a pasear un ratito, sólo un ratito. No quiero abrirla, no me animo a leerla, pero ella es subversiva y nada le interesa, se le escapan las últimas palabras teñidas de tintura color sol, y me recuerda: 


                                                                         "Amá Mumi, amá y a Cielo Abierto"

martes, 24 de junio de 2014

tartamudeando, [-te]



Dicotomía nombrarte, dicotomía denominarte
sos todo aquello que nunca quise, que siempre quise
sos el azúcar amarela que endulza mis ojos tristes y quedados
sos ese callejón que se vuelve irreconocible y eterno
lo que imagino, lo que sueño, lo que invento
                                                    lo que siento y lo que dejé de sentir esa vez que decidiste no sentirme más

el rasguño anclado en la piel muda, blanca, roja y azul

me pierdo entre mí, conmigo y sin mí, cada vez que quiero llamarte
                                                                                         (cada vez que quiero alcanzarte.)
Luchando con las palabras, el lenguaje efímero e inútil
entonces decido penetrarme
                                              en la
                                                          melodía,

                                                                             en las teclas que son blancas pero también negras
intentando decirte todo aquello que no puedo decir

Sos, sí eso sos
                      el saludo atragantado entre las cuerdas que no pueden vibrar
cada vez que tus ojos en los míos se clavan
ese estulto cómo andás que no sale porque no puede salir.
Sos, sí eso sos
el recuerdo de amores que atormentan cada vez que tu nombre
se pone en correlación con el ahogo, el llanto y la melancolía melancólica

Sos el rojo en mis pinturas,
el blanco sucio en mis cielos, el verde en mis ojos
     la estrella deseosa de impregnar el manto negro que no se apiada de mi cobarde corazón
deseo, deseo que la palabra surja
                     que la revelación te transcurra, dejando la espera,

(la odiosa y adictiva espera)

Te vi, llamándome con otro nombre
te vi buscándome entre el resto, entre la desesperación y el humor deficiente de tus textos
te vi presuntuoso y altivo, con aires de grandeza inexistente
te vi tartamudeando un poema frente a una audiencia,
y yo me perdí, y no te entendí y sólo te ví
con tu piano mágico, con tu indiferencia ingrata, con tus ojos preocupados
tenso con vaso en mano, anhelando el milagro

Sos, todo eso sos
lo indecible, mi indecibilidad decible de mis míseros covers
los dibujos animados
los sueños no soñados
el dulce golpeteo que surge de mi preciado cajón peruano
lo no dicho jamás y todo aquello que quiero decir, -te
el montgomery gris, el sweater azul y la rosada bufanda.



lunes, 19 de mayo de 2014

Aquel que se comía la novela



"Comerse la novela, es sano"



"Me estoy muriendo" - pensé. Después de eso me recosté, agarré un libro de la mesita de luz, que no era un libro, era el libro, y lo abrí. La tapa me sonaba familiar, la contratapa algo extraña, pero no quise detenerme en eso. Inmediatamente tomé la primer página y la arranqué. La miré: tan frágil, tan amarilla, tan deliciosa que la hice un bollito y me la comí. Siempre me gustó probar cosas nuevas, mezcla de sabores y texturas, y para bajarla con gracia me tomé una birra. 
           Esa noche ocurrió algo que no olvidaré jamás. Recostado en la cama, pensando en la muerte, vino a visitarme alguien del que creo haber visto alguna vez. Era un muchacho rubión, delgado, no muy alto. Me miraba desde las penumbras, con sus grandes ojos luminosos. Asustado prendí el velador y ahí estaba, sentado junto a mi, noté que era manco. Alzó su mano que ya no era mano y me dijo: ¿Qué me has hecho? ¡Mirá, mirá, mirá, mirá! No pude evitar la risa, su cara como una caricatura y su mano no mano me producía una terrible verborragia. ¿Qué culpa tengo yo flaco? Dale, tomatelas por donde entraste que estaba intentando dormir. -Vos estabas pensando en la muerte, así que he venido a buscarte. Dale cambiate, ya es hora, nos vamos. No quise emitir una sola palabra, sabía que esto se trataba de una vendetta. -Mirá flaco, te pido disculpas por lo de tu mano que ahora ya no es mano, pero tenía hambre viste, charlame un ratito. Tenemos no más que una hora, después te llevo conmigo ¿de qué querés hablar? -Contame del asteroide b-612, ¿es ahí a dónde me vas a llevar? 
           Él mirándome con esos ojos luminosos, se acercó y me dijo al oído: 
-Vos te vas a ir al infierno, lo que hiciste no se hace. -Creo que tu viaje por los distintos planetas hizo que se te chiflara el moño pendejo. La Tierra tiene sus encantos, pero te quita de un manotazo la inocencia y te topa con gente como yo, gente que solo piensa en la muerte al lado de su mesita de luz.
            Enojadísimo conmigo, volteó mi mesita de luz, la hizo trizas. -¡Esto me provoca gente como vos panzón! ¡Ira, una profunda ira! -Diculpame pibe, pero yo tenía otra imagen tuya. Más dulce, más comprensible, más maricón, si me permitís el atrevimiento.  Creo que se te subió lo principesco a la cabeza, calmate. Acá las cosas no son como las cuenta tu mediocre historia, no hablas de gente como yo, la gente real, ¿cómo crees que me siento? Si al llegar la noche, estoy aquí solo, mirando mi mesita de luz con una birra en la mano, pensando en morirme. 
            El niño de cara caricaturizada escuchaba atentamente al borracho no tan borracho y le dijo: -Es por eso que he venido esta noche, quiero saber porqué me hiciste esto. Te he visto desde mi planeta todas las noches abrir mi libro, y leer y re leer. Te he visto llorar junto a él, te he visto reír, te he visto enojado y siendo el más feliz también...
            El borracho panzón se levantó de la cama, tomó el libro entre sus manos y le dijo: Tomá, todo tuyo pibe. Ese libro me ha vuelto loco, he llegado a creer en cada una de las boludeces que dice ahí, ¡tomá llevatelo! ¡A este libro de porquería te tenés que llevar al infierno! No he podido nunca domesticar a un zorro, no he podido conocer a mi rosa, no he podido tener mis estrellas, ¡no he podido nada! Y aún así sigo creyendo que es algo maravilloso, porque a través de sus páginas he podido evadirme de toda esta mierda con la ayuda de mi buena amiga, la birra. 
           El niño rubión estaba presenciando una escena realmente patética. Su cara llena de enojo fue cambiando y tomando un tono pálido. Y con sus ojos llenos de lágrimas le dijo: -Pero si tanto amas a ese libro, ¿por qué has hecho eso? Lo has violentado, has roto sus páginas, lo has maltratado.
           Aquel viejo borracho y panzón esbozó una sonrisa y mirándolo fijo susurró: -He cometido el acto de amor más grande para con tu historia pibe, ¡Me he comido el libro! ¡Me he comido El Principito! Ahora todas aquellas páginas con sus fabulosas enseñanzas están dentro de mí. Todo tu maravilloso mundo está en mi, bien adentro, y ahora sí, si quieres llevarme al Infierno hazlo, que tu libro vendrá conmigo.
           Desperté. Asustado, desesperado prendí la luz, miré hacia la mesita y estaba allí, esperando a ser abierto nuevamente. Tomé El Principito y volví a dormir con él entre mis brazos. 
           Y el niño rubión de ojos luminosos estaba entre las penumbras, sonriendo y reviviendo una vez más.

lunes, 12 de mayo de 2014

Abandonador serial

¡Papá, por favor papá dejalo! ¿No ves que es chiquito? Dejalo no quiere quedarse solito y con frío papá, dejalo que venga conmigo, porque aunque soy chiquita puedo ser su mamita. Él quiere que sea su mamita, ¿no le ves la carita? El espejo retrovisor reproducía la escena más terrible de todas las escenas. 
El abandonador serial estaba cumpliendo con un nuevo mandato, pero Tinita, Tinita se volvía cada vez más y más pequeñita, con diez años era así de chiquitita. El llanto era lo de menos, los gritos insoportables, los golpes brutales, la garganta desgarrada, los ojos destruidos. Así estaba Tinita, golpeando la ventana de ese auto despintado, color verde musgo horrible, <el auto del terror>, pensaba Tinita. 
La casa era color pastel. El cuarto estaba listo ya, para la llegada de esa beba que en realidad no había sido esperada por nadie, menos por el turco, pero el turco no vivía en aquella casa color pastel. El televisor encendido, la radio también. Esa casa era fría, no tenía el calor hogareño propio de las casas que esperan visitas. Llegó, durmió y lloró. Creció, jugó, y mamá mamita fue su luz, su lucecita. A la bici se subió gracias a Martita, la que le hacía la merienda cada vez que volvía de la escuela. "Mamita se re-que-te peleaba con un hombrecito ayer, Martita". "Bueno Tinita, tené en cuenta que mamita hace todo para que vos estés bien."
El turco un día volvió. Volvió a aquella casa color pastel, y le pidió a Clara que le dejara ver a esa beba que nunca quiso ver. Clara le mostró a una nenita que ya no era una bebita y le dijo: Tinita este es tu papá. Tinita se escondió atrás de su mamita y mirando entre sus piernas, con la carita rojita preguntó: mamita, ¿qué es un papito? Y Clarita le respondió: un papito es como una mamita pero es hombrecito, no mujercita como Tinita y mamita. Pero Tinita insistió: usted que dice ser un papito, mi papito: por qué no me dio amor como hacen las mamitas? mi mamita?
Un día, Tinita creció y entendió por fin qué era un papito. El turco se la llevaba a su casa e iban a la plaza, le compraba globos de muchos colores, y comían pochoclo hasta atorarse. Un día de calesita, Tinita conoció a Puchi. Puchi, Puchito era chiquitito color café con ojos negros como las ruedas del auto verde horrible. 
Puchi Puchito conoció la casa del turco, y se convirtió en el fiel compañero de Tinita, aunque ésta dijera que era su mamita, porque Tinita decía que sentía un amor por Puchito como el de las mamitas. 
El turco se cansó de las cagaditas de Puchito en su casita pequeñita y sin lugar para sus mujerzuelas de la noche de los viernes, subió a Tinita y a Puchito al auto, a ese auto verde horrible y condujo hasta el campo de los trece árboles. 
El espejo retrovisor reproducía la escena más terrorífica que jamás se haya visto. El turco se subió y arrancó, mientras Tinita, empapada en lágrimas, agitaba su manito despidiendo a su adorado Puchito. El ya no papito le dijo a Tinita: pensá en algo lindo Tini, así se secan más rápido las lagrimitas.
Tinita recordó esas caricias, esas manos de hombrecito que le recorrían su espalda y unas zonas que como le había dicho su mamita, sólo tenían las mujercitas. Recordó el verde, ese verde horrible y pensó <en el auto del terror del abandonador serial todo es verde, verde horrible>


domingo, 23 de marzo de 2014

Locura Divina



El arte, lo todo.

Eso que golpea el pecho, la realidad, los ojos, el alma

Muchas veces me preguntaron que quería ser,

y no dije feliz, no. No dije nada.

Años preguntándomelo a voz alta, gritando, diciéndolo bajito casi como un susurro a mis propios oídos, a mi corazón…

Cuando la respuesta estuvo ahí, siempre ahí. En mis anhelos, en mis sueños, en esos tontos poemas, precarios, inútiles de mi adolescencia.

En mi nouvelle policial, en mi almohada, en mi cuarto, en mí…



En ese escalofrío que me corre por el cuerpo cada vez que escucho I dreamed a dream

En la temperatura del sofá cada vez que leo Sherlock Holmes.

En las tablas, en las butacas que se me aparecen como visiones y la gente, la gente aplaudiendo, elogiando, abucheando

Y yo ahí en medio de la ovación formidable y el cierre del telón, esperando anciosa su nueva apertura.

La gran pantalla en acción, en el transcurso de las escenas; actuando, creando, llorando, amando…

En el escenario cantando, emocionando, -me. Las máscaras, el vestuario, los demás, la salida, la entrada ¡acción!

Lo visionario, lo ingenioso, lo animado, lo humano

La música, los sueños, el sol, la luna, la natura. ¡qué de maravillas!

No había nada más que cuestionarme, siempre supe lo que quería ser, en realidad ya lo era, lo estaba siendo, nunca dejé de serlo.



Soy un artista, sí lo soy. El arte me corre por las venas, por el pelo, por mis ojos, por todo el cuerpo. Soñarlo es serlo, vivirlo ni te cuento.

Porque el arte es vida, y mis sueños están llenos de eso y yo,

me apiado de aquél que cree que está muerto en vida, y lo libero. Le deseo los mejores sueños que pueda tener,




Y vida, ¡pura vida!


                                                                                                                                 El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles
                                                                                                                           es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo 
                                                                                                                          desconocido. Para los valientes es la oportunidad
                                                                                                                                                                                                  Víctor Hugo

miércoles, 12 de marzo de 2014

Una enajenada enamorada

De vez en cuándo suelo ladrar, y no sé si me gusta.

De cosas dolorosas puedo dar cátedra,

de cumpleaños felices no tengo ni idea.

Enamorada de un desconocido, siempre tan elocuente. La ficción me corre por la sangre, habita en el lado izquierdo del órgano que palpita como un loco cada vez que te ve, desconocido ¡Las cosas que juntos podríamos hacer! ¿Le dije ya, que tengo la imaginación de un niño jugando a jugar?

¿Cómo le explico, anhelado extraño, que estoy perdidamente enamorada desde el primer sueño en que lo soñé? Desperté y supe, lo supe. Supe el porqué de ese enojo que le tengo al lado derecho de mi cama, a los espejos, a las fotos, a los números…

No me gustan los interrogatorios, no me gusta nada de lo que tenga que ver con recordar. Irónico, mi psicóloga me hace repensar y repensar, recordar y recordar, rememorar y finalmente sufrir, sí sufrir.

A la mierda con la catarsis, y toda esa basura. ¿Qué no me dejo ayudar? ¿Qué no tolero las frustraciones? Tal vez sea porque no quiero que me ayuden y que ya me frustré tantas veces, que preferí no tolerar más.

Quizás sea por eso que me pierdo en mis historias,

Quizás sea por eso que prefiero inventarme y vivir en un cosmos inexistente,

Quizás sea por eso que estoy enamorada de usted, desconocido

Porque probablemente si lo conociera, le vomitaría un gramajo de vulgaridades y verdades que no estaría dispuesto a escuchar porque no me conoce y, por lo visto, tampoco le interesa.

Qué lastima porque una enajenada que cree en el amor de los desconocidos y en el odio de los conocidos, podría ser el motivo por el cuál dejara de abrazarse a conocidas que hubiese preferido no conocer, para abrirse a una desconocida que tiene un mundo que quiere hacerle conocer.
"Haré polvo la historia, polvo el polvo.
Estoy mirando el último pájaro.
Lego la nada a nadie


Jorge.L.Borges



lunes, 10 de febrero de 2014

Los demonios no fluyen

¿Desde cuándo está tan bueno pensar? Basta del pienso luego existo, por favor. También pienso, perdón pienso, sí pienso en el aire, en todo lo que fluye y amo, automáticamente amo. El amor también debería fluir con total naturalidad como el mar. ¡Oh, por dios amo el mar! La inmensidad fluyendo, la inmensidad siendo inmensa. El todo y lo todo en la misma sintonía, sin trabas. Cayendo, flotando, fluyendo...
Ya no sé si le pongo la misma cara de perro a los días, o los días tienen cara de perro. 

Hay que sacudirse más. Sacudámonos, yo me sacudo y vos también. 


Caminamos con los demonios a cuesta, y yo ya estoy cansada porque los demonios no fluyen.


Y yo, quiero fluir.

sábado, 8 de febrero de 2014

Eso de la humanidad

Me tiene cansada el mierdo. Perdón, suelo confundir mierdo con miedo, sí suelo. 
Confundo todo, confundo siempre; pero esto de la humanidad es un tema del que no me gusta hablar.

Me gusta sentir, me gusta mirar, sí amo mirar. Que tanto miro, pero que tan poco siento. 
Yo qué sé con el qué y el que y el otro "ke". 

Sólo sé que tanto humano para tan poca humanidad, me parece completamente un delirio.